Qué tal, amigas y amigos de Hablaralto? Qué tal el verano? Bueno, por aquí, un poco atenazado por la soledad, por la indecisión. Un poco sofisticado, todo. Está bien. Hay que aceptar.
En fin: y todo sigue más o menos enrarecido, en el panorama nacional. Estos días, con la visita del papa, ya pudimos ver cómo se puso el tema. Pero bueno, el tema está que arde en todos los sentidos. Sobre todo, para la clase obrera, si es que existe eso todavía. Estamos realmente viendo para dónde vamos a tomar..Para qué lado arrancar, como se dice en mi país de nacimiento. Un sábado más, estoy escuchando la previa del fútbol uruguayo. El año treinta y dos fue cuando se inició el profesionalismo. Qué estaré haciendo el año treinta y dos? Estaré? A este paso, se hace difícil, pero confiemos en que sí. Sobre todo, quienes estamos empeñados en nacer artísticamente, debemos también morir, si toca, para luego resucitar, como dijo mi compañera. A quien, dicho sea de paso, dedico toda esta serie. A ella dedico casi todo lo que hago. Y decía que, para la tribu artística, es más difícil todavía. El más difícil todavía. Pero así es. Uno tiene que encargarse de eso, tiene que tenerlo en cuenta, y responsabilizarse. Por esto es por lo que necesitamos de la solidaridad también de la clase obrera. Yo, como artista que quiere nacer, quiero contar con la solidaridad de mis congéneres, y mis compañeros y compañeras de clase. Sufrimos las mismas desventuras. Pero los artistas, y las artistas, por eso de que tenemos que nacer, tenemos que hacernos visibles en nuestra actividad deseada, y siempre en la cuerda tensa del circo de la vida, la reclamamos con mayor intensidad. O eso creemos. Tal vez, sí, la solución sería la de adherirse a la vida que nos tocó. Pero entonces ¿ dónde están nuestras posibilidades? ¿ No existen? Hay que hallarlas. Hay que abrir paso. Hay que hacerlo. Alguien tiene que hacerlo. Yo soy uno de ellos, o así he vivido hasta ahora, con ese objetivo. Quién sabe..