sábado, 14 de julio de 2012

Habland alt tra vez

Estimados lectores y lectoras de Hablaralto: debido a las contínuas idas y venidas de nuestra vida social, o de la vida de nuestro país ( ¿ Cómo se diría " la vida de un país" ? ¿ La vida paisana, paisajística, tal vez? ) he descuidado este espacio. Bueno, en realidad, siendo sinceros, hay que dar cuenta del total abandono, en fin- Porque no se trata de un leve descuido. No he estado pensando demasiado en volver a escribir en este espacio. No por nada en especial, sino porque he vuelto a escribir en otros soportes. También he abandonado, por el momento, la redacción de notas para la Gaceta de Fene, ahora llamada Gazeta Ártabra. Creo que necesitaba darme un espacio propio. No es que este no lo sea, pero yo soy un perro viejo, un tipo acostumbrado a escribir en papel, y chau..Lo que pasa, también, es que ahora me da pena, dejar este lugar, aunque sea un lugar virtual. Y no por mí, en general, sino por el propio espacio. Pareciera que dejaría algo en cueros, yéndome. Dejaría huérfano un ente que parece que ahora está vivo. Incluso, me he dado cuenta de la validez, de la utilidad que tiene este medio. Es como que uno puede escribir en todo momento, puede escribir y que quede ahí. Ahora, incluso, ustedes podrían estar leyéndome, si me conocieran. Podrían estar leyendo algo mío, si supieran de mi existencia. Y es eso, también: es como que uno necesita algo, necesita la cámara en primer plano, necesita ser protagonista. Es el miedo. Es la crucifixión moderna. Quedarnos sin ese minuto de gloria, como dijo Warhol. Y claro, Andreas, es así, valor..El tema es que uno quiere protagonizar esos videoclips, también, como Mick Jagger, en el metro. Qué originalidad. Claro, corría el año  noventa y siete. Visto ahora..Pero no crean que ahora se hace algo muy distinto..los pajueranos siguen cantando y rodando en el metro. Es lo que tiene todo el tema de la imagen, de la memoria ficticia, de todo eso: que se lleva por delante el momento, el espacio vital, para relegarnos a la pura alegoría, al fantasma de la melancolía. Y si por una parte está bien, volver a contemplar las grabaciones hechas por nuestra familia, por nosotros mismos, sin embargo, carece de interés, de placer sexual, de cualquier tipo, a veces incluso para mí, o para una persona como yo, que hoy en día se vale de cualquier cosa, para continuar con su camino de creación. Eso sí: cualquier cosa, menos lo visto, menos lo oído. Ese es nuestro principio..Hasta pronto, queridos y queridas aaltistas, y ha sido un placer, todo un placer, volver a estas arterias..