lunes, 3 de enero de 2011

Narraciones Orientales

Y anoche, queridos y queridas, volví a ver otra película uruguaya..qué les parece? Es algo que ya me está inquietando, el hecho de la programación tan seguida de películas de mi país, en la segunda cadena estatal. Algo que agradezco, no obstante, por supuesto.
Yo siempre pensé que es mi país, a pesar de que mucha gente, aquí en Fene, en Galicia en general, me hablaba, cuando se enteraban de los años que llevo viviendo en España, de que sería más gallego que uruguayo. Por aquello, seguramente, del dicho popular galaico " a vaca non é de onde nace, senón de onde pace". No deja de ser verdad. Pero el hecho de haber dejado un mundo atrás, para entrar en otro, hace que siempre ese primer mundo prevalezca, en cuestión de afinidad sentimental, y también de curiosidades, de alertas constantes. Hasta el día en que uno puede contar con el nuevo mundo, para completar una visión también sobre el primero.
Por eso, cada vez que veo una película, o un documental, más extraño el segundo caso, si es uruguaya me produce una sensación de aprendizaje, de recepción de un lenguaje nuevo, siempre nuevo, aunque conocido.
Calles, lugares, decires, haceres; situaciones que pueden llegar a tener un significado en el o en la espectadora común, pero que visto a mucha distancia, guarda más que un parecido cultural, o sociológico. Son como señales que se verán, desde algún punto, como símbolos de pertenencia a una historia común, de gentes, de tierras, de pueblos.. Puedo decir, que en un caso, poder ver una película uruguaya es como contemplar un compendio de todos los hilos narrativos occidentales, e incluso de los orientales. Nunca mejor dicho: hemos nacido en la República Oriental del Río Uruguay. Y aunque, en la oficialidad, el Río no existe, para mí es lo que le otorga el mayor orgullo al título, y además es a través del nombre, mismo con quien nos conjuramos, a quien invocamos, como en una especie de magia verdadera, de paraíso en la tierra, de hacer realidad cuanto de maravilloso hay en ella. De vivir la maravilla de la realidad, que en nuestra historia, nace en un río: el Río Uruguay.