viernes, 4 de febrero de 2011

Febrero al fuego

La verdad, querida audiencia de Hablaralto, que muy numerosa no es. No son, ustedes. Por tanto, a mí me seduce más la idea. Es como escribir para mí mismo. Puede que nunca deje de estar así, poco o nada acompañado. He tenido un par de inserciones muy importantes. Pero se ve que no consigo atraer la atención contínuamente. Si es así, hay que aceptar la situación. No es mi intención ligarme de ninguna otra manera a ustedes que por medio de la fortuna. La casualidad. El azar. Para mí sería más fácil poder enlazar estas páginas, y de vez en cuando pienso en, sí, poder llevarlo a cabo así. Pero de momento, no tengo ninguna intención de apresurarme. Al tiempo que salgo al aire, es como si estuviese solo, sin ningún tipo de compromiso, así que puedo escucharme mejor. La verdad, es que yo tampoco consigo llevar al día la lectura de los diferentes espacios que he ido conociendo. Casi nunca dejo de perderles la pista, eso sí. Pero me gustaría que me descubriesen de la misma manera que yo descubro. Cosa muy imposible, muy ingenua, entiendo. Me considero demasiado ingenuo, en estos temas, aunque muchas veces, esta llamémosle virtud, no se me ha vuelto tan en contra. Les mando un beso y un abrazo, queridas y queridos lectores de Hablaralto, y a ver si me dejan algo escrito, aunque sólo sea por saber que han estado aquí, que no escribo para mí mismo, solamente, aunque, como dije, sigue siendo todo un placer. Quizá los estoy esperando, estoy poniendo el fuego, para cuando lleguen. Hasta pronto. Disfruten de este febrero. Tanto en el hemisferio Sur, como en el Hemisferio Norte.