lunes, 28 de febrero de 2011

El arquitecto

Quería hablarles del nombre, queridos y queridas lectoras de este espacio.. Del  nombre de este espacio, justamente: hablaralto·
Y es que, alguna vez, hace tiempo, cuando no escribía para ustedes, encontré gracioso el nombre del arquitecto Alvaar Aalto. Desde entonces, siempre he querido poner algo con ese nombre. Ahora, aunque no directamente, le he encontrado un hueco, un lugar, y nada menos que en este escenario. A buen seguro, nuestro amigo finlandés estaría orgulloso, no ya por el contenido del mismo, sino por la simple alusión; que, cuando menos, le resultaría curiosa, como pienso que a ustedes.
 Por otra parte, el título de este espacio alude a un cierto manejo de la situación comunicacional, sobre todo cuando se habla alto. Profundamente, ya lo dijimos en nuestra nota, la número dos, o tres, si no nos equivocamos. Preferimos que sean ustedes los que encuentren este dato, porque si han comenzado por leer, lo más probable es que hayan escogido alguno de los últimos números. Tal vez, si les picó la curiosidad, sí hayan penetrado en la selva indómita de Hablaralto. Pero nunca habrán encontrado la referencia que hoy damos, sobre nuestro querido arquitecto.
Algún día me gustaría ir a Finlandia, y conocer parte de la obra de Alvaar Aalto. Y también sería posible hallarnos ante alguna de sus creaciones en alguna ciudad lejos de su país natal, como  Tokio, o Sidney; y también, lógicamente, más cerca de su tierra, en la ciudad sueca de  Estocolmo, por ejemplo.
El trabajo de los arquitectos y las arquitectas más reputadas adquiere, pues,relevancia transfronteriza. Se desplaza de modo internacional. De hecho, en España, tenemos los casos de los museos más modernos, recientemente construidos, en los que han participado personas venidas de otros lugares. Así como las firmas españolas se hallan diseminadas por el mundo, rubricando construcciones de valía y mérito reconocidos universalmente.
Por tanto, nos sentimos honrados de poder aludir a uno de los representantes de este oficio, aunque sea de una manera muy transversal.
Nos interesan mucho las formas arquitectónicas. Reconocemos y nos empapamos de la sensibilidad y carácter de un edificio, de una construcción; también de aquellas más simples, aun cuando no porten la firma de ningún hombre o mujer prestigioso dentro del campo de la arquitectura.
Por eso, esperamos que en los siguientes números podamos aportar algo más sobre nuestro proceso de aprendizaje del paisaje urbano. Nuestras sensaciones ante los efectos que nos causan. Será, como siempre,todo un placer, transmitirles nuestra humilde percepción de esto que llamamos, amados y amadas lectoras de Hablaralto: nuestro mundo.