miércoles, 2 de febrero de 2011

Apaga luz

Sigo escuchando, queridos amigos y amigas lectoras de Hablaralto, las radios de mi país..Hace poco tiempo, una de ellas, la 36, ha estado fuera de antena, por problemas con los pagos en las cuotas de la luz. Le cortaron la luz. Esto es algo que no deja de ser muy lógico: hemos dejado de pensar que la luz, como el teléfono, y ahora las redes cibernéticas, forman parte de una cultura asimilada en todos los lugares del mundo, y es algo totalmente incierto. La luz la tienen aquellas sociedades que pueden. Con luz, me refiero a la eléctrica..
Por ejemplo, yo nunca he llegado a tener Internet propio. Ahora, estoy viviendo en la casa de mi madre, porque está incapacitada, esperemos que temporalmente, por su bien, por su salud; y entonces, pagamos a medias la cuota de telefonía y de servicios digitales, como desde el que estoy escribiendo. Por tanto, en ese sentido, puedo descomprometerme cuando desee. No tengo computadora propia. Antes de aportar a medias, nunca había pagado nada, salvo en los primeros años, cuando iba al ciber. Pero luego descubrí las bibliotecas, y también, despues, las salas municipales, todo gratis. Así que yo estaba encantado. Claro, ahora todo era distinto. Tenía que estar por causas dolorosas. Pero también he vivido situaciones hermosas. Me enamoré, a través de esta línea. Me enamoré, a través de espacios como este. Tal vez, porque la palabra me facilita la comprensión, así como también la posibilidad de sincerarme. Pero nunca fue todo tan alegre: por estos espacios, he podido enterarme de dónde murió mi padre, allá en el Uruguay. He visto su esquela.

Para mi madre, qué decirlo, es un arcoiris de vida.. Porque hace muchos meses que no puede moverse de una silla de ruedas, o si acaso, del sofá. Así que, para ella, es una ventana, nunca mejor dicho. Todo esto, como que empezaba como por ventanas. Aunque en realidad sea un juego estratégico de los servicios militares y de inteligencia de los países más poderosos e invasores. Casi todos los hallazgos de la historia, vienen a través de soluciones militares. Cruda realidad.
Yo siempre pienso que esto se puede acabar. Cualquier día, en cualquier momento, pasa algo, algún suceso, y se termina. Por eso no quiero depender tanto de estos espacios. No espacios como este, digo, en los que sí me encuentro cómodo, porque no se puede hacer otra cosa, no quiero hacer otra cosa que escribir, y hablar en alto, hablar alto y claro. Por eso, siempre tengo presente que puede que un día no pueda pagar, siquiera a medias, y entonces siempre podré encontrar un papel, un lápiz, y  una goma de borrar.. Aunque mucho, la verdad, queridos y queridas lectoras; mucho, la verdad, no borro..