miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nuestro Río de La Vida

Mi experiencia, como inmigrante en esta Europa del siglo veintiuno, empezó en el siglo veinte.
Mi perspectiva es la del hijo, el hijo que vino con su padre, su madre, su hermano y abuela.
Mi abuela, nacida en este mismo pueblo, Fene, desde el que estamos escribiendo, y donde hoy vivo.

Vinimos desde el Uruguay. Un país que tiene tres millones de habitantes. Un país nacido de gentes de afuera, mezclada con gentes de la tierra. Un país que nació con los modelos legislativos y políticos de otras regiones, de otras zonas del mundo.
Mi experiencia es la de quien ve el Uruguay como a ese gran desconocido. Pero es, esa misma, la visión que necesito para conocerlo, y conocerme. Estoy orgulloso de todo ello. Por supuesto, de ser uruguayo. Oriental.

¿ Por qué somos orientales, orientalas, las gentes nacidas en el Uruguay?
Porque nacimos en una tierra que está en la banda oriental del Río Uruguay.
Pero más: uruguaya es también mi hija, y mi ahijado, que han nacido aquí en Galicia. Igual que yo soy gallego, y no sólo por los años que llevo viviendo aquí. Ya era gallego antes de venir. Por mi padre.
Así veo la conjugación.
Por otra parte, me enseña a ver situaciones distintas a las que estamos viviendo actualmente en este rincón del mundo. Por otra parte, acude mi corazón para abrigar todas las posibilidades de amar lo que es amable, y descartar lo que no me viene bien, como cuando jugamos a la Conga, o Chinchón, como se dice en España.

Cada persona tiene su posición, su visión, por eso, no lo he dicho yo antes que nadie, toda persona es una riqueza insustituible.
Yo escucho las radios del Uruguay por Internet.
Acabo de descubrir La Zurda, gracias a mi primo Carlos Moyá Batista.
Antes, hace tiempo, descubrí la CX36, Radio Centenario.
He escuchado Radio Clarín. He descubierto lo que es la hora del Mago, como se le conoce a Gardel, Carlos Gardel.
He escuchado Radio Universal, CX4 Radio Rural..Algunas otras más, por ejemplo radios de la zona de la costa del río Uruguay, como Colonia, frente a la orilla argentina; o también radios desde la frontera con Brasil, como de la ciudad de Rivera o el Chuy.. Ese es mi deseo: conocer de punta a punta mi país.
Sé que por la radio no se conoce del todo, pero a mí me acerca mucho al día a día, a la cotidianeidad, que es lo que tanto hace falta en el transcurrir de la vida de cada uno, queridos y queridas lectoras de este espacio, ya presentando su número siete.
Se va la hora, dice mi madre..mientras estoy escribiendo estas líneas. Y sí: es la hora de comer, aunque acá estamos un poco con los horarios cambiados. Padecemos una enfermedad, la de ella, desde hace un tiempo. Estamos a la espera de la intervención, que no termina de llegar más. Esto supongo que será un mal mundial, por lo que leo y escucho. También aprendo de mi país, y es lo que con mayor claridad e impresión he recibido, de las personas que han ido viniendo a lo largo de estos veintiseis años, desde aquel mes de abril del ochenta y cuatro. Por lo que me cuentan, por cómo hablan, por sus charlas, a corazón abierto, con algo en común: nuestra experiencia de punto de partida. Pero, arrancando de ahí, las historias se abren, se ramifican, se agrandan, al final, haciéndonos partícipes de toda esa amalgama de sueños e ilusiones, de conductas e itinerarios de la vida, con lo mejor y peor de cada lugar, de cada persona, de cada colectividad.

" Desde Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay, ésta es La Zurda; una radio con el corazón al Sur "
" Transmite CX36, Radio Centenario, desde Montevideo, Uruguay. Una radio imprescindible, porque nos da ánimo siempre "

Son algunos ejemplos de introducciones radiales, presentaciones de las diversas emisoras por Internet, que nos hacen la vida más fácil, como el Candombe, que ahora estoy escuchando, chás chás borocotó borocotó tum tum tum tum tum..
Pero no siempre es así. No es exactamente siempe así. Hay mucho dolor atrás, o adelante, mucho sacrificio de las familias, de las madres, de los padres, de los abuelos y abuelas..y de los hijos e hijas. Por eso mismo, tenemos que darle el justo y digno valor a todo esto, a toda nuestra experiencia, a nuestras raíces, a las de siempre y a las nuevas savias que van floreciendo.Yo estoy comprobando que, en la mayoría de quienes vivimos esta realidad, se produce esta simbiosis de melancolía y serenidad, de amor profundo, como la canción, pero también de racionalidad ante lo que se nos viene a los ojos, ante nuestra realidad, única, distinta a las de nuestro país, y a la que tenemos que hacer referencia, sobre todo, primero, a quienes comparten con quienes estamos del otro lado, en otros lados, un mismo corazón al Sur, como el nombre del quisoquito de la paisana Gabriela, aquí en Perlío..Así mismo. Al Sur y al Norte, al Este y al Oeste, cuando pueda ser..Que les vaya bien, querida audiencia, hasta la próxima. Y que viva por siempre nuestro bello y querido Uruguay.